Novela gráfica a propósito de ¡A aprender al asilo! de Luis Landero.
Al leer el artículo ¡A aprender al asilo!, de Luis Landero en Opinion de EL PAÍS, he recordado una novela grafica que leí y me gustó, aunque no me llamó tanto la atención como para rápidamente escribir una reseña. Ahora entiendo el fondo tras la historia y siento la necesidad de hablar de ella.
Señala Luis Landero que "dos hechos, entre otros, han venido a remachar nuestro suicidio narrativo. Por un lado, el fenómeno social de que muchos de los viejos, que son los pocos que todavía saben historias y gustan de contarlas, estén en los asilos, abandonados al silencio, y por otro, la reforma escolar, donde la literatura, y en general las humanidades, de nuevo van a salir menoscabadas.".
Y concluye Landero en su artículo: "A nuestros hijos y alumnos, a los que no hay forma ya de reconciliar con el lenguaje, deberíamos aconsejarles que, al menos dos días por semana, huyan de las escuelas e institutos y vayan directamente a aprender al asilo, a ver si allí recuperan algo de esa vieja sabiduría intuitiva que nos están arrebatando para siempre, o que quizá nosotros mismos hemos vendido ya, y no por un plato de lentejas, sino por una mísera hamburguesa.".
Pues bien, Sara, la protagonista de "Las palabras lo pueden todo", es una adolescente que se ve castigada a hacer 30 horas de trabajo comunitario precisamente en un asilo. Allí va a conocer la narración, a través del anciano Señor T., quien con sus cuentos antiguos y su fijación por el alfabeto hebreo va a despertar en Sara las ganas de aprender. Dicha relación de maestro a alumna y sus historias van a ayudar a Sara en su bloqueo de paso de la niñez de la edad adulta, con complicaciones de un accidente, la separación de sus padres y la pelea con mejor amiga. Con las visitas de Sara al asilo, poco a poco, vuelven las palabras, las adecuadas y necesarias para vivirlo todo: la amistad, la familia e incluso el amor con un chico de su edad.
La novela es obra de Silvia Vecchini con ilustración de Sualzo y editada por Liana, es muy adecuada para lectores entre 13 y 15 años. Su lectura se peude completar con otros libros recomendado en Álbumes ilustrados y Novelas gráficas sobre salud mental y en Separación de padres en LIJ.
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