Definición de familia

La familia nos prepara para vivir en sociedad desde un ambiente de seguridad.

La definición de familia en un informe sobre consideraciones y reflexiones de un nuevo tipo de familia en nuestra sociedad actual.

La familia es un constructo multidimensional
En términos evolutivos el amor puede considerarse el elemento definitorio de la condición humana, de manera que somos criaturas amorosas y enfermamos cuando el amor se nos interfiere (Maturana).

Algunas definiciones de la familia ponen el acento en la convivencia: “la familia es el conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos (padre, madre, hermanos, etc.) con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen y aglutinan” (Organización Mundial de la Salud). Otras ponen el acento en las relaciones: “La familia es una unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia que se desea duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia” (Rodrigo y Palacios).

En todo caso, la familia es un constructo multidimensional y complejo en el que se identifican habitualmente dos ejes claves: la conyugalidad (la manera en que se afrontan y resuelven las dificultades dentro de la pareja) y la parentalidad (la práctica de las funciones de crianza, relaciones de amor en toda su complejidad, cuidados, nutrición, acompañamiento emocional u otros), con funciones independientes, pero que en el universo familiar no pueden dejar de influirse. El cruce de estas dos dimensiones relacionales a lo largo del tiempo y su funcionamiento, de una en detrimento de la otra o el deterioro de ambas, darán lugar al desarrollo de ambientes familiares diferentes en los que el adecuado cuidado y desarrollo del menor podría resultar comprometido.

Desde esta perspectiva, las funciones de la familia incluyen necesariamente la de cubrir responsablemente las necesidades básicas de la persona menor. Necesidad de tener: la familia se hace cargo de lo material y los aspectos económicos y educativos esenciales para vivir; necesidad de relación: la familia enseña a socializarse, comunicarse, querer y sentirse querido; y necesidad de ser: la familia proporciona al individuo un sentido de identidad y autonomía.

Los seres humanos venimos preprogramados biológicamente para establecer vínculos afectivos con los demás que son fundamentales para nuestra supervivencia y desarrollo (Bowlby). En la etapa prenatal ya se inician esos vínculos, y son tan importantes en el desarrollo psicoafectivo de la persona que cualquier deterioro tiene consecuencias en su vida personal y relacional. Hay que destacar la vertiente socializadora de la familia, gracias a la cual las personas identificamos los valores, las conductas y las normas más aceptables en la sociedad en que vivimos. La familia nos prepara para vivir en sociedad desde un ambiente de seguridad, siendo el primer entorno al que las personas menores acceden para relacionarse y aprender, motivo por el cual es fundamental que la familia cubra esta necesidad básica para lograr un buen ajuste psicosocial en la adultez.

Fuente: Informe del Comité de Bioética de España sobre coparentalidad contractual previa a la concepción (disponible en https://comitedebioetica.isciii.es/wp-content/uploads/2024/04/Informe_Coparentalidad_CPC_CBE.pdf). 

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